Los monos y la escalera
Un día, un grupo de científicos
metió cinco monos en una habitación donde había un racimo de bananas y la única
forma de alcanzarlas era mediante una escalera. El experimento se diseñó de tal
forma que cuando uno de los monos subía la escalera para alcanzar una banana,
automáticamente el resto de los monos eran bañados con agua helada.
Los monos aprendieron rápido. Para
cuando el tercer mono quiso subir la escalera, los otros lo agarraban a patadas
antes de que subiera para evitar el castigo del agua. Muy pronto, ninguno se
dejó llevar por la tentación de subir y dejaron la escalera en paz.
Pero entonces los científicos cambiaron
uno de los monos por otro nuevo, que, obviamente, no sabía nada del agua. Como
buen mono, lo primero que hizo fue intentar tomar una banana, pero de inmediato
recibió una buena paliza. Los científicos fueron cambiando a los monos hasta
reemplazar a todos los originales, y, sin embargo, los nuevos monos seguían sin
atreverse a subir la escalera y le pegaban al que se acercara a ella, a pesar
de que ninguno de los cinco monos había sido jamás bañado con agua fría.
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